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domingo, 3 de abril de 2016

CIBERBULLYING INFLUENCIA EN EL DESARROLLO


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El ciberbullying tiene consecuencias perniciosas para todos los implicados, independientemente del rol desempeñado, al encontrarse en mayor riesgo de sufrir desajustes psicosociales y trastornos psicopatológicos en la adolescencia y la vida adulta.

Se ha definido el cyberbullying como aquel tipo de acoso protagonizado por parte de un individuo o grupo que, mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (teléfonos móviles, correo electrónico, redes sociales, blogs, páginas web etc.) agrede deliberada y reiteradamente a alguien que no puede defenderse fácilmente.
El cyberbullying comparte tres rasgos característicos del bullying tradicional; conductas agresivas intencionadas, repetidas y fundamentadas en una relación asimétrica de control y poder-sumisión sobre otro. El desequilibrio de poder en el cyberbullying, estaría justificado por el mayor alcance que tienen las agresiones que se producen, a través de las nuevas tecnologías, al trascender a una mayor audiencia virtual,frente al acoso escolar tradicional, que llega a un grupo mucho más reducido.

El cyberbullying sin embargo, difiere del bullyin tradicional en algunos aspectos; con sólo un click un alumno puede difundir un falso rumor, a centenares y miles de personas en la red, mientras que en el acoso tradicional, por su carácter presencial el carácter de dicho rumor está mucho más restringido. El acoso tradicional se limita básicamente, al tiempo que el alumno víctima, pasa en el entorno escolar y sus inmediaciones; en el cyberbullyin sin embargo, el acoso puede continuar las 24 h del día, los 7 días de la semana, esté o no el alumno en el centro educativo, pues puede seguir recibiendo mensajes en su móvil u ordenador. Además el cyberbullying no es una experiencia cara a cara, el agresor no tiene que exponerse físicamente a la víctima y puede utilizar pseudónimos en la red, todo esto le otorga invisibilidad y le permite actuar desde el anonimato, por otra parte el contenido del acoso electrónico puede ser imperecedero o difícil de eliminar.

El cyberbullying incluye una gran cantidad de comportamientos, que pueden ser clasificados en las siguientes categorías:
-          Exclusión social (no dejar participar a la víctima, en una red social específica)
-          Denigración (difundir rumores e información falsa sobre la víctima).
-          Hostigamiento (enviar y difundir mensajes ofensivos).
-          Suplantación de la identidad (enviar mensajes maliciosos en foros o chats, haciéndose pasar por la víctima).
-          Violación de la intimidad (difundir secretos o imágenes de la víctima).
-          Persecución (enviar mensajes amenazantes).
-          Happy slapping (agredir físicamente a la víctima con el fin de grabar y difundir la agresión en su entorno).

Según diferentes estudios el índice de prevalencia del cyberbullying es superior al bullyin tradicional, entre un 20% y un 40% de los adolescentes, indican haber sufrido Cyber acoso.

Los diferentes estudios realizados dentro y fuera de España, indican una mayor prevalencia del cyberbullying en la pre-adolescencia o durante los primeros cursos de educación secundaria, con un posterior declive en los últimos cursos de esta etapa educativa y señalan además una mayor prevalencia de acoso en las chicas, que en los chicos, estos datos son diferentes en el bullying tradicional, donde el mayor acoso lo reciben los chicos.

Otros estudios también indican que las víctimas, perciben el acoso electrónico como más grave que el tradicional, sobre todo cuando tienen un carácter más público y amenazante.

Como consecuencia del cyberbulling las víctimas suelen tener sentimientos de ansiedad, depresión, indefensión, tristeza, baja autoestima y confianza en sí mismas, así como un pobre ajuste psicosocial. Presentan también bajo rendimiento académico, pobre concentración y absentismo escolar y muestran mayores niveles de estrés, miedo e ideación suicida. Por consiguiente al igual que en el bullying tradicional, el cyberbullying tiene efectos significativos sobre las víctimas a nivel emocional, psicosocial y académico.

Los agresores tienen mayor probabilidad de desconexión moral y falta de empatía y suelen exhibir problemas con el acatamiento de las normas, así como presentar comportamientos agresivos. Asimismo, también tienen mayor riesgo de consumir drogas y presentar conductas delictivas, aislamiento social y dependencia a las tecnologías, por lo que el tratamiento psicológico debe realizarse en ambos casos, con el fin de solucionar el problema y para que no afecte al futuro desarrollo psicosocial tanto del agresor como de la víctima.