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domingo, 28 de mayo de 2017

TRASTORNO ESPECIFICO DEL DESARROLLO DEL APRENDIZAJE ESCOLAR


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La prevalencia del trastorno del aprendizaje escolar oscila entre un 2%-10%, habitualmente los niños/as lo presentan en varias áreas; lectura, calculo o expresión escrita, donde el rendimiento del alumno/a es inferior al esperado por su edad, escolarización o nivel de inteligencia.

Este tipo de trastorno puede comenzar en el inicio de la niñez, infancia o adolescencia y si no se trata puede persistir hasta la edad adulta. Los problemas de aprendizaje en estos casos interfieren significativamente en el rendimiento académico o en las actividades cotidianas, que requieren de estos aprendizajes instrumentales básicos.
En su valoración es importante diferenciarlos de aspectos tales como: variaciones normales del rendimiento escolar, falta de oportunidades para aprender, enseñanza deficiente, retraso mental, trastornos generalizados del desarrollo o trastornos de la comunicación.
Es un déficit que surge en los procesos cognitivos, produciendo déficit específicos en el procesamiento de la información o la capacidad para aprender y suele darse con más frecuencia en varones que en mujeres, se identifica su etiología con una disfunción cerebral mínima, por lo general es precoz estando presente desde el inicio de la escolarización (es importante igualmente considerar el momento evolutivo en el que aparece, ya que no es lo mismo un retraso de un año en el aprendizaje a los siete años, que a los catorce).
Las características que presentan estos niños/as con dificultad de aprendizaje son:
·         Desde el punto de vista académico:
-          Falta de habilidad para resolver problemas.
-          Retrasos importantes en el rendimiento académico.
-          Capacidades académicas desiguales.
-          No se involucran activamente en las tareas de aprendizaje.
-          Pobre desarrollo cognitivo y del lenguaje.
-          No ha adquirido las capacidades básicas de lectura.
·         Desde el punto de vista social.
-         Inmadurez social
-         Elección de patrones de conducta menos aceptados socialmente.
-         Malinterpreta las indicaciones sociales y las conductas no verbales.
-         No toma decisiones adecuadas.
-         No puede predecir las consecuencias de sus conductas.
-         Experimenta rechazo por parte de sus compañeros, pudiendo adoptar el papel de víctima.
-         Es tímido distraído y se aísla.
·         Desde el punto de vista conductual.
-         No presta atención en clase y se distrae.
-         Es impulsivo y muy movido lo que en ocasiones puede confundirse con déficit de atención con hiperactividad.
-         Tiene una pobre coordinación motora y escasas capacidades de relación espacial.
-         Es desorganizado
-         Es muy dependiente del profesor y de sus compañeros de clase.


Es importante considerar que la mayoría de estos alumnos puede lograr un nivel de aprendizaje adecuado, si recibe una instrucción graduada a partir del nivel de funciones previamente diagnosticadas, considerando además el tiempo necesario para su aprendizaje. La valoración e intervención psicopedagógica es fundamental para su diagnóstico y el desarrollo de estrategias cognitivas que favorezcan y faciliten su correcto proceso de aprendizaje.

sábado, 6 de mayo de 2017

DEFICIT INTELECTUAL COMO AFECTA AL DESARROLLO


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El déficit intelectual en la infancia y adolescencia se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual, en su desarrollo comunicativo y/o lingüístico y en la conducta adaptativa (que se manifiesta con dificultades en habilidades adaptativas, conceptuales, sociales y prácticas).
La inteligencia se considera una capacidad general que incluye: razonamiento, planificación, solución de problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender con rapidez y aprender de la experiencia.
La conducta adaptativa es el conjunto de habilidades conceptuales, sociales y prácticas, aprendidas que permiten una correcta interacción social en el entorno.
Las investigaciones realizadas sobre el procesamiento de la información en niños/as con déficit intelectual indican que, los procesos cognitivos de atención y memoria, muestran ejecuciones por debajo de lo esperado por su rango de edad, la capacidad de discriminación parece ser menor y presentan una baja probabilidad de atender. La atención mantenida suele mejorar con la edad, pero a un ritmo más lento que los niños/as que no tienen esa dificultad. En el proceso de memoria se caracterizan por no tener dificultad con la memoria a corto plazo, aunque sí en la capacidad de memoria que requiere un repaso activo, mostrando dificultad para poner en juego de manera espontánea las estrategias de repaso, cuando deben resolver un problema en el que es básica la memoria a corto plazo. Muestran además problemas en los procesos de control ejecutivo (no tienen automatizados ni utilizan, de forma flexible y efectiva los correspondientes procesos, estrategias y planes de control) y la metamemoria (no son conscientes de sus limitaciones de conocimiento, su capacidad de almacenamiento es muy inferior) y aunque se benefician si se les instruye en estrategias, e incluso pueden utilizarlas en tareas idénticas a las del entrenamiento, no tienen capacidad de generalización respecto a tareas nuevas, por lo que necesitan una mayor cantidad de experiencias de aprendizaje guiadas.
Diferentes estudios también indican que, estos niños/as presentan déficit en un amplio espectro de conductas estratégicas, que pueden reducirse si se le proporcionan instrucciones cognitivas, en la generalización de estrategias para nuevas situaciones. En el desarrollo personal y social suelen mostrar las siguientes características:
·         Labilidad emocional.
·         Dependencia afectiva y comportamental respecto a otras personas, que les lleva a adoptar comportamientos llamativos o exóticos que agraden o llaman la atención de los demás.
·         Reducida capacidad para anticipar, las consecuencias de sus acciones.
·         Bajo autocontrol y reducida capacidad de aplazamiento del refuerzo.
·         Rigidez comportamental, que es buena para el desempeño de algunos trabajos, pero no lo es para su desarrollo personal.
·         Pobre autoconcepto y baja autoestima.
·         Baja percepción de control sobre su pasado y su futuro, caracterizada por un locus de control externo, con atribuciones de éxito y fracaso que dependen de factores externos y no del propio autocontrol.
·         Expectativas de fracaso en casi todo lo que emprenden, que les lleva a un sentimiento general de desamparo.

Otros estudios también nos indican que, el desarrollo del lenguaje en niños/as con déficit intelectual está globalmente afectado, pudiendo alcanzar mayores cotas en el desarrollo pragmático que en el semántico o sintáctico y que estas dificultades para adquirir vocabulario y construir expresiones, están directamente relacionadas con el nivel de déficit que muestren. Entre el 60 y el 80% de los niños con déficit intelectual, presenta algún tipo de problema relacionado con el lenguaje, siendo los más frecuentes:
·         Aparición del lenguaje puede ser más tardío y en los casos extremos no aparecer.
·         Más problemas con el lenguaje expresivo, que con el receptivo.
·         Su lenguaje suele ser más concreto.
·         La organización sintáctica es muy pobre, con escaso número de elementos.
·         Muestran dificultad para establecer la relación, entre los distintos elementos de la oración.
·         Dificultad para asimilar, las reglas gramaticales complicadas.

·         Los problemas motores glosofaríngeos y la descoordinación muscular bucal, acaban generando una expresión verbal poco fluida, sin ritmo y con una tonalidad inadecuada.

LA ATENCIÓN PLENA "MINDFULNESS"


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La atención plena o Mindfulness es una actitud permanente de consciencia y calma, que nos permite vivir integramente en el presente.

En la actualidad la práctica de la atención plena está siendo promovida por psicólogos y educadores en diversos países y múltiples contextos profesionales y sus beneficios están siendo respaldados por un creciente número de investigaciones, de las cuales se desprende que; la práctica de la atención plena puede producir numerosos efectos sumamente beneficiosos, entre los que destacan:

  • Aumento de la concentración.
  • Reducción de automatismos.
  • Lograr un mejor control de pensamientos, conductas y emociones.
  • Efectos físicos saludables: regulación de la presión arterial, relajación, mejora de la respiración, potenciación del sistema inmunitario..
  • Cambios positivos neurobiológicos.
  • Disfrutar más del momento presente.

Los avances en psicología y el apoyo científico en la práctica de la atención plena, hacen que su aplicación al contexto escolar sea primordial, pues el mindfulness ayuda a:

  • Contrarrestar el estrés diario, para vivir de un modo más atento y consciente.
  • Asimilar la información que recibimos de forma más serena y relajada, para aprender mejor evitando la infoxicación.
  • Aportar elementos para el desarrollo personal, social y en el entorno educativo, que complementen los aprendizajes académicos tradicionales.

A lo largo de la jornada escolar existen muchos momentos propicios para trabajar la atención plena:

  • Al inicio de una sesión de clase de cualquier materia.
  • En momentos de alboroto en el aula o ruptura del clima de trabajo.
  • En la transición de una actividad a otra que requiera más concentración.
  • Recuperar la calma tras una actividad como el recreo o ejercicio físico.

Se trata de momentos sistemáticos que van tomando forma de rutinas y hábitos que el alumnado interioriza para integrar en su vida cotidiana.


Es importante hacer hincapié en lo fundamental que resulta para la intervención psicopedagógica de alumnos con trastornos de aprendizaje, emocionales, conductuales o cognitivos y comunicativos, mejorando muchos de los procesos implicados en su aprendizaje y desarrollo biopsicosocial.