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lunes, 26 de diciembre de 2016

TDAH: DETERIORO DE LAS FUNCIONES EJECUTIVAS 26/12/2016


Resultado de imagen para mafalda no paraLa mayoría de los niños/as conforme van creciendo, adquieren la capacidad de poner en práctica las funciones ejecutivas, actividades mentales que les ayudan a apartar las distracciones, fijarse unas metas y dar los pasos necesarios para alcanzarlas. ¿Pero que pasa en el caso de los niños/as con TDAH?
Para conseguir algo en cualquier faceta de la vida, las personas o los niños/as en general deben poder recordar lo que pretenden, tener en cuenta lo que necesitan para lograrlo (empleando la previsión), refrenar sus emociones e incentivarse para poder conseguirlo. Ninguna de estas funciones podrá ejercerla con éxito, quien sea incapaz de inhibir pensamientos e impulsos que interfieran en ellas.

En los primeros años de vida las funciones ejecutivas se exhiben al exterior: los niños hablan solos en voz alta mientras recuerdan como realizar una tarea, a medida que maduran convierten en privadas estas funciones lo que evita que las conozcan los demás. En cambio, los niños con TDAH, les falta el autodominio y el poder de restricción imprescindibles para cortar la manifestación pública de estas funciones ejecutivas.
Pero ¿Cuáles son estas funciones ejecutivas y como se manifiestan en los niños/as con TDAH?
Las funciones ejecutivas pueden agruparse en cuatro actividades mentales:
-          La acción de la memoria operativa, esto es tener en mente la información  mientras se trabaja en una tarea, aunque ya no exista el estimulo que dio origen a esa información. Este tipo de recuerdo es importante para comportarse con miras a un fin determinado, posibilita la previsión, percepción retrospectiva, la preparación y el ser capaces de imitar el comportamiento complejo y nuevo, de otras personas. Todo esto está menoscabado en quienes padecen TDAH.
-          La interiorización del habla, constituye la segunda función ejecutiva. Antes de los seis años, la mayoría de los niños acostumbran hablar solos, recordándose cómo hacer una tarea o tratando de solucionar un problema. Ya en primaria este hablar privado se convierte en un susurro apenas perceptible, para desaparecer hacia los 10 años de edad. Una vez interiorizado, el autohablarse le permite a uno pensar para sí, seguir reglas e instrucciones, cuestionarse la resolución de un problema o construir bases para entender las reglas. Esta interiorización del autohablarse se retrasa en los niños con TDAH, lo que dificulta el análisis y la correcta solución de problemas.
-          Control de las emociones es la tercera función mental ejecutiva, consiste en controlar la motivación y el estar atento, dejando de lado el estado emocional. Este control ayuda a alcanzar metas, ya que capacita para diferir o alterar las reacciones emocionales, ante un suceso determinado que nos distrae, así como generar motivaciones. Quienes refrenan sus pasiones o reacciones inmediatas se desenvuelven mejor en sociedad. Esto no ocurre en los niños o adultos con TDAH, de ahí su rechazo y dificultad con las relaciones personales.
-          La reconstitución, es otra función mental que consta de dos procesos distintos;
·         La fragmentación de las conductas observadas
·         La combinación de sus partes en nuevas acciones, que no han sido aprendidas de la experiencia.
Esta capacidad nos proporciona un alto grado de soltura, flexibilidad y creatividad, nos permite lanzarnos hacia una meta sin necesidad de aprender los pasos intermedios necesarios. A los niños, a medida que crecen les permiten dirigir tramos cada vez más largos de su comportamiento, mediante la combinación de conductas concatenadas, para el logro de sus fines. Los niños con TDAH, muestran menos capacidad de reconstitución que el resto de sus compañeros, lo que dificulta la capacidad de aprendizaje por sí mismo, sin necesidad de ser guiado.
Los niños/as al crecer desarrollan la capacidad de encubrir sus actos, de enmascarar sus sentimientos ante la vista de los demás. Los niños con TDAH no adquieren esa capacidad y en consecuencia despliegan un comportamiento y un habla excesivamente públicos.
La falta de concentración, la hiperactividad y la impulsividad de estos niños/as vendrían causadas por la incapacidad de ser guiados por instrucciones internas y la imposibilidad de enderezar su comportamiento indebido.
Existen investigaciones que respaldan el hecho de que, los niños con TDAH manifiestan un fallo en la inhibición conductual y emocional que retarda la adquisición de la capacidad para interiorizar y efectuar con éxito cualquiera de las cuatro funciones mentales ejecutivas, por lo que se les podría ayudar mediante terapia, para conseguir que reaccionen ante los estímulos ambientales de forma más estructurada, asimilando este de la misma manera.
Este tipo de terapia es a larga imprescindible si se decide prescindir en algún momento el tratamiento farmacológico, además de servir también de complemento de este.

Una vez aprendidas las técnicas en terapia para superar sus limitaciones de autocontrol, los niños deberían poder desenvolverse en un medio normal sin ningún tipo de apoyo.

DISLEXIA Y PROBLEMAS DERIVADOS

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Según las estadísticas, la dislexia afecta en mayor o menor grado a un 10%- 15% de la población escolar y adulta. Pueden incidir tanto en niños como en niñas, aunque la proporción de niños afectados es de 8 a 1. Existe consenso en indicar que,  el 4% -5% de los niños que la padecen, presentan problemas graves de aprendizaje de la lectura, con la consecuente dificultad escritora.
¿Pero que es la dislexia? Una buena definición es la de M.Thomson “es una grave dificultad con la forma escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional. Se caracteriza porque las adquisiciones del niño/a en el ámbito de la lectura, escritura y deletreo, están muy por debajo del nivel esperado en función de su inteligencia y su edad cronológica. Es un problema de índole cognitivo, que afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas con la modalidad escrita, particularmente en el paso de la codificación visual a la verbal, la memoria a corto plazo, la percepción del orden y la secuenciación.
Cuando hablamos de dislexia, nos podemos encontrar con varios calificativos entre ellos “madurativa”, “evolutiva” o “adquirida”.
En la práctica se habla de dislexia evolutiva cuando aparecen dificultades y síntomas parecidos o iguales a los disléxicos en niños que inician su aprendizaje, pero rápidamente estos síntomas desparecen normalmente con ayuda. Los síntomas pueden ser: inversiones en la escritura y/o lectura, adiciones, omisiones, escritura en espejo, vacilaciones, repeticiones.
La dislexia madurativa denomina a las dificultades de aprendizaje de la lecto-escritura, que se puede dar asociados a algún tipo de deficiencia o retraso cognitivo y/o madurativo, por lo que el tratamiento no sólo afecta a la estimulación del lenguaje, lectura y escritura, sino que es necesario, la estimulación general o particular cognitiva y/o motora.
La dislexia adquirida se produce como consecuencia de algún trauma craneal que afecta al cerebro en su área del lenguaje.
La dislexia va unida en ocasiones a otros problemas de aprendizaje escolar, tales como la disgrafía (dificultades en el trazo correcto de las letras, en el paralelismo de las líneas, en el tamaño de las letras, en la presión de la escritura…) y en fases posteriores aparece la disortografía (dificultades en el uso correcto de las reglas de ortografía, naturales y de mayor complejidad).
En ocasiones la dislexia está asociada a dificultades de pronunciación de palabras nuevas, largas o que contengan combinaciones de letras con mayor dificultad lectora.
La dislexia que en un principio se considera un problema de aprendizaje, puede acabar por crear una personalidad característica que en el aula se hace notar, bien por su inhibición y retraimiento o bien por la aparición de conductas disruptivas, hablar, pelearse, no trabajar…., derivado de la falta de control del problema o como forma de obtener el reconocimiento que no se alcanza de forma satisfactoria, a través de los resultados escolares. Por eso es tan importante una valoración e intervención lo más temprana posible y no abandonar el tratamiento, hasta la total recuperación.
Si se inicia el tratamiento con la suficiente precocidad, suele derivar en resultados positivos y una clara mejora en el rendimiento escolar. La mayor o menor efectividad va depender de factores como: la profundidad del trastorno, el nivel de motivación inicial o que se le consiga inculcar, grado de implicación familiar y del profesorado, adecuado diagnóstico y tratamiento, duración y seguimiento del trabajo.
Es importante detectar precozmente estos problemas, antes de que deriven en los problemas de personalidad antes aludidos. Los signos que pueden tener algunos niños/as (no necesariamente todos) según la edad serían los siguientes:
Niños/as de educación infantil:
-          Historia familiar de problemas disléxicos (padres, hermanos, otros familiares)
-          Retraso en aprender a hablar con claridad.
-          Confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejan por su fonética.
-          Falta de habilidad para recordar el nombre de series de cosas, por ejemplo los colores.
-          Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial.
-          Alternancia de días buenos y malos en el trabajo escolar sin razón aparente.
-          Mayor habilidad manual que lingüística
-          Dificultad para aprender las rimas o con palabras rimadas
-          Dificultades con las secuencias.

Niños/as de 5 hasta 9 años:
-          Particular dificultad para aprender a leer o escribir.
-          Persistente tendencia a escribir los números en espejo o con cambio de dirección u orientación.
-          Dificultad para distinguir izquierda de derecha.
-          Dificultad para aprender el alfabeto, tablas de multiplicar y en general para retener secuencias, como días de la semana, dedos de la mano, meses del año…
-          Falta de atención y de concentración
-          Frustración, posible inicio de problemas de conducta.

Niños entre 9 y 12 años:
-          Continuos errores en lectura, lagunas en comprensión lectora.
-          Forma extraña de escribir, por ejemplo con omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas.
-          Desorganización en casa y en la escuela.
-          Dificultad para copiar correctamente de la pizarra en el cuaderno.
-          Dificultad para seguir instrucciones orales.
-          Aumento de la falta de autoconfianza y aumento de la frustración.
-          Problemas de comprensión del lenguaje oral e impreso.
-          Problemas conductuales: impulsividad, corto margen de atención, inmadurez.


domingo, 20 de noviembre de 2016

AUTISMO Y FUNCIONES EJECUTIVAS


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Las personas con autismo de distintas edades y niveles cognitivos, pueden mostrar alteraciones del funcionamiento ejecutivo, que afectan principalmente al uso de habilidades de planificación, flexibilidad e inhibición de las respuestas, previamente aprendidas.
En el autismo o TEA la comunicación e interacción social están alteradas, el comportamiento es repetitivo, los intereses son restringidos y muestran además alteraciones sensoriales, y en las funciones ejecutivas que básicamente englobarían las capacidades necesarias para formular metas, planificar el modo de lograrlas y llevar adelante el plan de manera eficaz.
El autismo se caracteriza por una pasividad, agresividad, dependencia ambiental del adulto, conducta desorganizada, impulsividad y rigidez comportamental, siendo además incapaces de planificar, ser flexibles, inhibir comportamientos no adecuados, necesitando en algunos casos una constante monitorización de sus actos.
La memoria, el procesamiento verbal y la atención son procesos enormemente dañados en los adultos o niños/as con TEA.
Las consecuencias de los déficits ejecutivos antes comentados, conllevan dificultades en los aprendizajes, que requieren coordinar y simultanear diferentes capacidades y conocimientos como pueden ser :
  •  Autodirección
  •  Autonomía personal
  •  Diferentes aprendizajes escolare
  •  Actividad psicomotora
  • Organizar secuencias y/o mantener información en la mente.
  • Producción de conocimientos con un sentido o meta
  • Iniciar actividades sin ayuda
  • Monitorizar la propia ejecución, tiempo, atención y autocorreción.
  • Atender a estímulos relevantes, tendencia a la distracción
  • Generalizar lo aprendido


En el trastorno autista la atención ejecutiva, la planificación, cambio de atención y la inhibición de respuesta, son procesos que deben ser tratados de forma específica pues:
La atención ejecutiva se basa en la atención selectiva, la cual requiere de un esfuerzo consciente para actuar sobre la memoria de trabajo y conseguir un objetivo concreto como sería el aprendizaje.
La planificación es anticipación, representación y producción de secuencias de acciones concatenadas y orientadas a un fin, constantemente reevaluadas y actualizadas.
El cambio de atención o flexibilidad, se refiere a la modificación del foco de atención de un punto a otro, de acuerdo a sucesos producidos en la situación y detener o inhibir respuestas, controlar las informaciones irrelevantes o los impulsos que puedan intervenir en la acción en curso.

En el TEA se debe trabajar de forma explicita, todas estas capacidades que en el desarrollo normal, las adquirimos de forma implícita. Para compensar estos déficits ejecutivos es importante intervenir principalmente en:
  • La atención de estímulos relevantes.
  • Eliminar interferencias de estímulos distractores
  • Conseguir metas y objetivos de forma explícita
  • Anticipar, planificar, organizar actividades
  • Mantener la información presente para hacer uso de ella.
  • Control y orden temporal de las actividades
  • Autorregulación de la conducta
  • Flexibilidad  mental y comportamental

Es importante tener en cuenta la edad, el nivel de activación cognitivo, los problemas atencionales y las alteraciones sensoriales que presentan.

Estas disfunciones ejecutivas tienen consecuencias a nivel educativo y en el aula, principalmente conllevan:
  • Dificultad de comprensión lectora
  • Dificultad de comprensión escrita
  • Dificultad en la resolución de problemas matemáticos
  • Dificultad en la capacidad para resumir, para resolver exámenes o tareas prefijadas y organizar trabajos.

Mejorar la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva, influye en la mejora de las funciones ejecutivas y en el rendimiento escolar en general, en niños desde la infancia a la adolescencia, pudiéndose desarrollar y prevenir los trastornos de estas funciones ejecutivas, por niveles de edad de la siguiente manera:

  • De los 6 a los 18 meses: se deben realizar juegos circulares de interacción, búsqueda de objetos ocultos, juegos de imitación, juegos de dedos y de lenguaje y acción.
  • De los 18 a los 36 meses: actividades motrices (lanzar, coger pelota, caminar sobre una linea..), clasificar objetos por forma, color o tamaño, juegos funcionales y/o de función del lenguaje.
  • De los 3 a los 5 años: juegos de rol cooperativos, contar cuentos, hacer recados, juegos de comportamiento inhibitorio.
  • De los 7 a los 12 años: juegos de mesa y de cartas, juegos de clasificación con cambio de criterio, juegos de estrategia, música, canto o baile.
  • En la adolescencia: actividad deportiva, yoga, meditación, relajación, teatro, juegos de estrategia y puzzles lógicos


Las funciones ejecutivas influyen sobre las emociones y la conciencia, facilitando la autorregulación y el propio proceso de conciencia, por eso es tan importante trabajar en mejorarlas, durante todo el proceso de desarrollo.

lunes, 1 de agosto de 2016

DISCAPACIDAD INTELECTUAL COMO AFECTA AL DESARROLLO


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El déficit intelectual en la infancia y adolescencia se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual, en su desarrollo comunicativo y/o lingüístico y en la conducta adaptativa (que se manifiesta con dificultades en habilidades adaptativas, conceptuales, sociales y prácticas).

La inteligencia se considera una capacidad general que incluye: razonamiento, planificación, solución de problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender con rapidez y aprender de la experiencia.
La conducta adaptativa es el conjunto de habilidades conceptuales, sociales y prácticas, aprendidas que permiten una correcta interacción social en el entorno.

Las investigaciones realizadas sobre el procesamiento de la información en niños/as con déficit intelectual indican que, los procesos cognitivos de atención y memoria, muestran ejecuciones por debajo de lo esperado por su rango de edad, la capacidad de discriminación parece ser menor y presentan una baja probabilidad de atender. La atención mantenida suele mejorar con la edad, pero a un ritmo más lento que los niños/as que no tienen esa dificultad. En el proceso de memoria se caracterizan por no tener dificultad con la memoria a corto plazo, aunque sí en la capacidad de memoria que requiere un repaso activo, mostrando dificultad para poner en juego de manera espontánea las estrategias de repaso, cuando deben resolver un problema en el que es básica la memoria a corto plazo. Muestran además problemas en los procesos de control ejecutivo (no tienen automatizados ni utilizan, de forma flexible y efectiva los correspondientes procesos, estrategias y planes de control) y la metamemoria (no son conscientes de sus limitaciones de conocimiento, su capacidad de almacenamiento es muy inferior) y aunque se benefician si se les instruye en estrategias, e incluso pueden utilizarlas en tareas idénticas a las del entrenamiento, no tienen capacidad de generalización respecto a tareas nuevas, por lo que necesitan una mayor cantidad de experiencias de aprendizaje guiadas.

Diferentes estudios también indican que, estos niños/as presentan déficit en un amplio espectro de conductas estratégicas, que pueden reducirse si se le proporcionan instrucciones cognitivas, en la generalización de estrategias para nuevas situaciones. En el desarrollo personal y social suelen mostrar las siguientes características:
  • Labilidad emocional.
  • Dependencia afectiva y comportamental respecto a otras personas, que les lleva a adoptar comportamientos llamativos o exóticos que agraden o llaman la atención de los demás.
  • Reducida capacidad para anticipar, las consecuencias de sus acciones.
  • Bajo autocontrol y reducida capacidad de aplazamiento del refuerzo.
  • Rigidez comportamental, que es buena para el desempeño de algunos trabajos, pero no lo es para su desarrollo personal.
  • Pobre autoconcepto y baja autoestima.
  • Baja percepción de control sobre su pasado y su futuro, caracterizada por un locus de control externo, con atribuciones de éxito y fracaso que dependen de factores externos y no del propio autocontrol.
  • Expectativas de fracaso en casi todo lo que emprenden, que les lleva a un sentimiento general de desamparo.

Otros estudios también nos indican que, el desarrollo del lenguaje en niños/as con déficit intelectual está globalmente afectado, pudiendo alcanzar mayores cotas en el desarrollo pragmático que en el semántico o sintáctico y que estas dificultades para adquirir vocabulario y construir expresiones, están directamente relacionadas con el nivel de déficit que muestren. Entre el 60 y el 80% de los niños con déficit intelectual, presenta algún tipo de problema relacionado con el lenguaje, siendo los más frecuentes:

  • Aparición del lenguaje puede ser más tardío y en los casos extremos no aparecer.
  • Más problemas con el lenguaje expresivo, que con el receptivo.
  • Su lenguaje suele ser más concreto.
  • La organización sintáctica es muy pobre, con escaso número de elementos.
  • Muestran dificultad para establecer la relación, entre los distintos elementos de la oración.
  • Dificultad para asimilar, las reglas gramaticales complicadas.
  • Los problemas motores glosofaríngeos y la descoordinación muscular bucal, acaban generando una expresión verbal poco fluida, sin ritmo y con una tonalidad inadecuada.
  • Al aumentar el nivel de discapacidad intelectual, suelen aparecer mayores problemas de todo tipo: articulación, comprensión , etc.

En cuanto a su desarrollo psicomotor y perceptivo, en general presentan un retraso en los hitos motores, como el equilibrio o la locomoción,  problemas en la organización del esquema corporal, en la coordinación motriz, dinámica general y manual o visomanual, en conductas perceptivo motrices, es decir actividades relacionadas con la orientación espacio-temporal.



Debido a estas dificultades requieren de un apoyo y tratamiento psicológico y psicopedagógico, en el entorno educativo y social, extenso dependiendo de cada caso, con el fin de ir solventando sus dificultades, para que puedan adquirir y desarrollar una mayor autonomía personal y social.


domingo, 24 de julio de 2016

TRASTORNOS DEL LENGUAJE Y ALTERACIONES EN SU DESARROLLO


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Los diferentes tipos de trastornos del lenguaje en niños/as,  se presentan en diversas ocasiones asociados a un déficit en el rendimiento escolar, problemas emocionales, conductuales y sociales.

El lenguaje posee una doble función comunicativa y representativa, aprender ambas es un proceso evolutivo complejo, que viene determinado por factores neuropsicológicos, genéticos, culturales y familiares etc.

Saber hablar y comprender son elementos fundamentales para el aprendizaje educativo y social. El aprendizaje del lenguaje oral es complejo y exige al niño/a unas demandas que transcienden la competencia lingüística formal, como es captar las intenciones de los demás, deseos o mensajes no verbales etc.

La presencia de dificultades en el lenguaje implica que algunos niños/as tengan problemas no sólo en la comunicación formal, sino también y además en el ámbito del aprendizaje educativo y en sus relaciones sociales y familiares.

Las alteraciones en el desarrollo del lenguaje  pueden manifestarse en el entorno escolar de diversas formas, pudiendo destacar en su manifestación escrita las siguientes:

§         Omisiones: Consiste en la omisión de letras, sílabas o palabras, por ejemplo; vetana por ventana. Entre las posibles causas se encuentran: aprendizaje de la lectura deficiente, falta de entrenamiento en la emisión sonora del grafema que omiten, dificultades en la integración intersensorial (el alumno no es capaz de relacionar exactamente todos los signos gráficos con sus respectivos fónicos) y lectura acelerada.
§         Sustituciones: Existen letras que al pronunciarse tienen sonidos similares que pueden ser confundidos. Este tipo de error aparece con mayor frecuencia en los grafemas consonánticos, por ejemplo enefante por elefante. Entre las posibles causas se encuentran dificultades en la discriminación auditiva, carencia de habilidades de segmentación fonológica y déficit de entrenamiento grafofónico.
§         Separaciones: Consiste en la no unión de letras o sílabas que configuran una palabra, dando lugar a que se formen palabras sin ningún tipo de significado, por ejemplo: ne vera en lugar de nevera. Entre las posibles causas se encuentran dificultades perceptivas, falta de dominio de la organización espacio-temporal y deficiencias en el conocimiento del concepto palabra-frase.
§         Traslaciones: Se dan cuando se produce un cambio en el lugar de las letras y las silabas al transcribirlas en el sentido derecha –izquierda. Este tipo de error es muy frecuente en las sílabas directas e inversas, por ejemplo: sol en lugar de los. Entre las causas se encuentran dificultades con el ritmo y la secuenciación de grafemas.
§         Inversiones: Implican un cambio en los trazos del fonema bien en la parte superior, bien en la inferior. Por ejemplo luega por juega. Las dificultades de orientación espacial y de percepción visual y discriminación se encuentran en la base de dicha alteración.
§         Confusiones de letras de orientación simétrica : Concretamente d-b. b-p, p-q, b-g, u-n, g-p, d-p, Entre las causas déficit en la lateralidad, orientación espacio-temporal, percepción visual y discriminación principalmente.


Es importante el tratamiento psicopedagógico del lenguaje en todas las áreas implicadas por la trascendencía que tiene en las diferentes facetas de la vida del individuo, pudiendo afectar de forma negativa a su desarrollo educativo y psicosocial.

viernes, 13 de mayo de 2016

ALTERACIONES DEL LENGUAJE EN EL AUTISMO


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Los niños autistas tienen una extremada dificultad para desarrollar el lenguaje en su periodo crítico de desarrollo, al carecer de los imputs intersubjetivos, que ponen en marcha los mecanismos específicos de adquisición lingüística.

En general todos los niños/as en el periodo crítico de desarrollo del lenguaje disponen de unas estructuras o mecanismos intersubjetivos, que les permiten ir adquiriendo el lenguaje, con el fin de cumplir las necesidades y funciones comunicativas. En los niños/as autistas estas estructuras o mecanismos no están desarrollados, lo que produce que esta dificultad sea tan insuperable, como para dejarles sumidos en algunos casos más severos en el mutismo, en aquellos casos en que esta dificultad no es tan insuperable, tienden a desarrollar un lenguaje poco funcional y espontáneo, con alteraciones peculiares como: la ecolalia, la inversión de formas deícticas, la literalidad extremada de los enunciados y las formas de comprensión, el laconismo, la presencia masiva de formas imperativas y la ausencia o limitación de declarativas, la emisión de verbalizaciones semánticamente vacías, irrelevantes o poco adaptativas a las situaciones interactivas y una limitación extrema de las competencias de conversación y discurso.

Los niños/as con autismo presentan tantas y tan diversas anormalidades en su lenguaje expresivo, que resulta difícil encontrar un hilo conductor que nos permita establecer distintos niveles en la gravedad del trastorno, para poder luego guiar la intervención. Algunas claves que suelen señalarse en este sentido son:
-          El grado de espontaneidad formal de las emisiones, es decir, lo opuesto a la ecolalia.
-          El grado de organización conversacional y discursiva del lenguaje.

Los niños/as con autismo también presentan deficiencias en la comprensión del lenguaje, tan marcadas a veces, que llegan a ser muy semejantes a las que presentan los niños, con trastornos específicos severos del desarrollo del lenguaje receptivo ( en concreto, la agnosia verbal auditiva o el déficit semántico pragmático).

Las dificultades y anomalías de comprensión son muy variables; hay autistas que no responden nunca al lenguaje o en los casos más severos, se comportan como si no lo oyeran. Esto sucede frecuentemente en el inicio del cuadro, hasta tal punto que se producen sospechas de sordera en un 40% de los niños. En los casos menos graves de autismo, encontramos dificultades sutiles, para captar el significado profundo de enunciados, que implican doble semiosis, como las metáforas, ironías o sarcasmos, refranes, proverbios, etc.


En todos los casos es sumamente importante, la detección precoz antes de los cinco años y el tratamiento, para que el niño/a reciba la terapia necesaria, que le ayude en su interacción social, comunicación y comportamiento, para que pueda tener un desarrollo más pleno y satisfactorio, que le ayude a suplir lo máximo posible estas deficiencias.

domingo, 3 de abril de 2016

CIBERBULLYING INFLUENCIA EN EL DESARROLLO


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El ciberbullying tiene consecuencias perniciosas para todos los implicados, independientemente del rol desempeñado, al encontrarse en mayor riesgo de sufrir desajustes psicosociales y trastornos psicopatológicos en la adolescencia y la vida adulta.

Se ha definido el cyberbullying como aquel tipo de acoso protagonizado por parte de un individuo o grupo que, mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (teléfonos móviles, correo electrónico, redes sociales, blogs, páginas web etc.) agrede deliberada y reiteradamente a alguien que no puede defenderse fácilmente.
El cyberbullying comparte tres rasgos característicos del bullying tradicional; conductas agresivas intencionadas, repetidas y fundamentadas en una relación asimétrica de control y poder-sumisión sobre otro. El desequilibrio de poder en el cyberbullying, estaría justificado por el mayor alcance que tienen las agresiones que se producen, a través de las nuevas tecnologías, al trascender a una mayor audiencia virtual,frente al acoso escolar tradicional, que llega a un grupo mucho más reducido.

El cyberbullying sin embargo, difiere del bullyin tradicional en algunos aspectos; con sólo un click un alumno puede difundir un falso rumor, a centenares y miles de personas en la red, mientras que en el acoso tradicional, por su carácter presencial el carácter de dicho rumor está mucho más restringido. El acoso tradicional se limita básicamente, al tiempo que el alumno víctima, pasa en el entorno escolar y sus inmediaciones; en el cyberbullyin sin embargo, el acoso puede continuar las 24 h del día, los 7 días de la semana, esté o no el alumno en el centro educativo, pues puede seguir recibiendo mensajes en su móvil u ordenador. Además el cyberbullying no es una experiencia cara a cara, el agresor no tiene que exponerse físicamente a la víctima y puede utilizar pseudónimos en la red, todo esto le otorga invisibilidad y le permite actuar desde el anonimato, por otra parte el contenido del acoso electrónico puede ser imperecedero o difícil de eliminar.

El cyberbullying incluye una gran cantidad de comportamientos, que pueden ser clasificados en las siguientes categorías:
-          Exclusión social (no dejar participar a la víctima, en una red social específica)
-          Denigración (difundir rumores e información falsa sobre la víctima).
-          Hostigamiento (enviar y difundir mensajes ofensivos).
-          Suplantación de la identidad (enviar mensajes maliciosos en foros o chats, haciéndose pasar por la víctima).
-          Violación de la intimidad (difundir secretos o imágenes de la víctima).
-          Persecución (enviar mensajes amenazantes).
-          Happy slapping (agredir físicamente a la víctima con el fin de grabar y difundir la agresión en su entorno).

Según diferentes estudios el índice de prevalencia del cyberbullying es superior al bullyin tradicional, entre un 20% y un 40% de los adolescentes, indican haber sufrido Cyber acoso.

Los diferentes estudios realizados dentro y fuera de España, indican una mayor prevalencia del cyberbullying en la pre-adolescencia o durante los primeros cursos de educación secundaria, con un posterior declive en los últimos cursos de esta etapa educativa y señalan además una mayor prevalencia de acoso en las chicas, que en los chicos, estos datos son diferentes en el bullying tradicional, donde el mayor acoso lo reciben los chicos.

Otros estudios también indican que las víctimas, perciben el acoso electrónico como más grave que el tradicional, sobre todo cuando tienen un carácter más público y amenazante.

Como consecuencia del cyberbulling las víctimas suelen tener sentimientos de ansiedad, depresión, indefensión, tristeza, baja autoestima y confianza en sí mismas, así como un pobre ajuste psicosocial. Presentan también bajo rendimiento académico, pobre concentración y absentismo escolar y muestran mayores niveles de estrés, miedo e ideación suicida. Por consiguiente al igual que en el bullying tradicional, el cyberbullying tiene efectos significativos sobre las víctimas a nivel emocional, psicosocial y académico.

Los agresores tienen mayor probabilidad de desconexión moral y falta de empatía y suelen exhibir problemas con el acatamiento de las normas, así como presentar comportamientos agresivos. Asimismo, también tienen mayor riesgo de consumir drogas y presentar conductas delictivas, aislamiento social y dependencia a las tecnologías, por lo que el tratamiento psicológico debe realizarse en ambos casos, con el fin de solucionar el problema y para que no afecte al futuro desarrollo psicosocial tanto del agresor como de la víctima.