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domingo, 20 de noviembre de 2016

AUTISMO Y FUNCIONES EJECUTIVAS


Resultado de imagen para MAFALDA Y EL AUTISMO

Las personas con autismo de distintas edades y niveles cognitivos, pueden mostrar alteraciones del funcionamiento ejecutivo, que afectan principalmente al uso de habilidades de planificación, flexibilidad e inhibición de las respuestas, previamente aprendidas.
En el autismo o TEA la comunicación e interacción social están alteradas, el comportamiento es repetitivo, los intereses son restringidos y muestran además alteraciones sensoriales, y en las funciones ejecutivas que básicamente englobarían las capacidades necesarias para formular metas, planificar el modo de lograrlas y llevar adelante el plan de manera eficaz.
El autismo se caracteriza por una pasividad, agresividad, dependencia ambiental del adulto, conducta desorganizada, impulsividad y rigidez comportamental, siendo además incapaces de planificar, ser flexibles, inhibir comportamientos no adecuados, necesitando en algunos casos una constante monitorización de sus actos.
La memoria, el procesamiento verbal y la atención son procesos enormemente dañados en los adultos o niños/as con TEA.
Las consecuencias de los déficits ejecutivos antes comentados, conllevan dificultades en los aprendizajes, que requieren coordinar y simultanear diferentes capacidades y conocimientos como pueden ser :
  •  Autodirección
  •  Autonomía personal
  •  Diferentes aprendizajes escolare
  •  Actividad psicomotora
  • Organizar secuencias y/o mantener información en la mente.
  • Producción de conocimientos con un sentido o meta
  • Iniciar actividades sin ayuda
  • Monitorizar la propia ejecución, tiempo, atención y autocorreción.
  • Atender a estímulos relevantes, tendencia a la distracción
  • Generalizar lo aprendido


En el trastorno autista la atención ejecutiva, la planificación, cambio de atención y la inhibición de respuesta, son procesos que deben ser tratados de forma específica pues:
La atención ejecutiva se basa en la atención selectiva, la cual requiere de un esfuerzo consciente para actuar sobre la memoria de trabajo y conseguir un objetivo concreto como sería el aprendizaje.
La planificación es anticipación, representación y producción de secuencias de acciones concatenadas y orientadas a un fin, constantemente reevaluadas y actualizadas.
El cambio de atención o flexibilidad, se refiere a la modificación del foco de atención de un punto a otro, de acuerdo a sucesos producidos en la situación y detener o inhibir respuestas, controlar las informaciones irrelevantes o los impulsos que puedan intervenir en la acción en curso.

En el TEA se debe trabajar de forma explicita, todas estas capacidades que en el desarrollo normal, las adquirimos de forma implícita. Para compensar estos déficits ejecutivos es importante intervenir principalmente en:
  • La atención de estímulos relevantes.
  • Eliminar interferencias de estímulos distractores
  • Conseguir metas y objetivos de forma explícita
  • Anticipar, planificar, organizar actividades
  • Mantener la información presente para hacer uso de ella.
  • Control y orden temporal de las actividades
  • Autorregulación de la conducta
  • Flexibilidad  mental y comportamental

Es importante tener en cuenta la edad, el nivel de activación cognitivo, los problemas atencionales y las alteraciones sensoriales que presentan.

Estas disfunciones ejecutivas tienen consecuencias a nivel educativo y en el aula, principalmente conllevan:
  • Dificultad de comprensión lectora
  • Dificultad de comprensión escrita
  • Dificultad en la resolución de problemas matemáticos
  • Dificultad en la capacidad para resumir, para resolver exámenes o tareas prefijadas y organizar trabajos.

Mejorar la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva, influye en la mejora de las funciones ejecutivas y en el rendimiento escolar en general, en niños desde la infancia a la adolescencia, pudiéndose desarrollar y prevenir los trastornos de estas funciones ejecutivas, por niveles de edad de la siguiente manera:

  • De los 6 a los 18 meses: se deben realizar juegos circulares de interacción, búsqueda de objetos ocultos, juegos de imitación, juegos de dedos y de lenguaje y acción.
  • De los 18 a los 36 meses: actividades motrices (lanzar, coger pelota, caminar sobre una linea..), clasificar objetos por forma, color o tamaño, juegos funcionales y/o de función del lenguaje.
  • De los 3 a los 5 años: juegos de rol cooperativos, contar cuentos, hacer recados, juegos de comportamiento inhibitorio.
  • De los 7 a los 12 años: juegos de mesa y de cartas, juegos de clasificación con cambio de criterio, juegos de estrategia, música, canto o baile.
  • En la adolescencia: actividad deportiva, yoga, meditación, relajación, teatro, juegos de estrategia y puzzles lógicos


Las funciones ejecutivas influyen sobre las emociones y la conciencia, facilitando la autorregulación y el propio proceso de conciencia, por eso es tan importante trabajar en mejorarlas, durante todo el proceso de desarrollo.