El
déficit intelectual en la infancia y adolescencia se caracteriza por
limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual, en su desarrollo
comunicativo y/o lingüístico y en la conducta adaptativa (que se manifiesta con
dificultades en habilidades adaptativas, conceptuales, sociales y prácticas).
La inteligencia
se considera una capacidad general que incluye: razonamiento, planificación,
solución de problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas,
aprender con rapidez y aprender de la experiencia.
La conducta
adaptativa es el conjunto de habilidades conceptuales, sociales y prácticas,
aprendidas que permiten una correcta interacción social en el entorno.
Las
investigaciones realizadas sobre el procesamiento de la información en niños/as
con déficit intelectual indican que, los procesos cognitivos de atención y
memoria, muestran ejecuciones por debajo de lo esperado por su rango de edad,
la capacidad de discriminación parece ser menor y presentan una baja
probabilidad de atender. La atención mantenida suele mejorar con la edad, pero
a un ritmo más lento que los niños/as que no tienen esa dificultad. En el
proceso de memoria se caracterizan por no tener dificultad con la memoria a
corto plazo, aunque sí en la capacidad de memoria que requiere un repaso
activo, mostrando dificultad para poner en juego de manera espontánea las
estrategias de repaso, cuando deben resolver un problema en el que es básica la
memoria a corto plazo. Muestran además problemas en los procesos de control
ejecutivo (no tienen automatizados ni utilizan, de forma flexible y efectiva
los correspondientes procesos, estrategias y planes de control) y la
metamemoria (no son conscientes de sus limitaciones de conocimiento, su
capacidad de almacenamiento es muy inferior) y aunque se benefician si se les
instruye en estrategias, e incluso pueden utilizarlas en tareas idénticas a las
del entrenamiento, no tienen capacidad de generalización respecto a tareas
nuevas, por lo que necesitan una mayor cantidad de experiencias de aprendizaje
guiadas.
Diferentes
estudios también indican que, estos niños/as presentan déficit en un amplio
espectro de conductas estratégicas, que pueden reducirse si se le proporcionan
instrucciones cognitivas, en la generalización de estrategias para nuevas
situaciones. En el desarrollo personal y social suelen mostrar las siguientes
características:
- Labilidad emocional.
- Dependencia afectiva y comportamental respecto a otras personas, que les lleva a adoptar comportamientos llamativos o exóticos que agraden o llaman la atención de los demás.
- Reducida capacidad para anticipar, las consecuencias de sus acciones.
- Bajo autocontrol y reducida capacidad de aplazamiento del refuerzo.
- Rigidez comportamental, que es buena para el desempeño de algunos trabajos, pero no lo es para su desarrollo personal.
- Pobre autoconcepto y baja autoestima.
- Baja percepción de control sobre su pasado y su futuro, caracterizada por un locus de control externo, con atribuciones de éxito y fracaso que dependen de factores externos y no del propio autocontrol.
- Expectativas de fracaso en casi todo lo que emprenden, que les lleva a un sentimiento general de desamparo.
Otros estudios
también nos indican que, el desarrollo del lenguaje en niños/as con déficit
intelectual está globalmente afectado, pudiendo alcanzar mayores cotas en el
desarrollo pragmático que en el semántico o sintáctico y que estas dificultades
para adquirir vocabulario y construir expresiones, están directamente
relacionadas con el nivel de déficit que muestren. Entre el 60 y el 80% de los
niños con déficit intelectual, presenta algún tipo de problema relacionado con
el lenguaje, siendo los más frecuentes:
- Aparición del lenguaje puede ser más tardío y en los casos extremos no aparecer.
- Más problemas con el lenguaje expresivo, que con el receptivo.
- Su lenguaje suele ser más concreto.
- La organización sintáctica es muy pobre, con escaso número de elementos.
- Muestran dificultad para establecer la relación, entre los distintos elementos de la oración.
- Dificultad para asimilar, las reglas gramaticales complicadas.
- Los problemas motores glosofaríngeos y la descoordinación muscular bucal, acaban generando una expresión verbal poco fluida, sin ritmo y con una tonalidad inadecuada.
- Al aumentar el nivel de discapacidad intelectual, suelen aparecer mayores problemas de todo tipo: articulación, comprensión , etc.
En cuanto a su
desarrollo psicomotor y perceptivo, en general presentan un retraso en los
hitos motores, como el equilibrio o la locomoción, problemas en la organización del esquema
corporal, en la coordinación motriz, dinámica general y manual o visomanual, en
conductas perceptivo motrices, es decir actividades relacionadas con la
orientación espacio-temporal.
Debido a estas
dificultades requieren de un apoyo y tratamiento psicológico y psicopedagógico,
en el entorno educativo y social, extenso dependiendo de cada caso, con el fin
de ir solventando sus dificultades, para que puedan adquirir y desarrollar una
mayor autonomía personal y social.