Las preocupaciones sobre la crisis
sanitaria actual puede estar teniendo un impacto negativo en la nuestra salud
mental, influyendo además en un incremento de síntomas de depresión y ansiedad.
En relación a la infancia es
importante tener en cuenta que los niños y niñas sienten las emociones tan
intensamente como los adultos, por lo que es importante hablar con ellos de
forma positiva sobre el tema.
Los sentimientos más comunes que
pueden surgir son el miedo, la ira, la culpa, la vergüenza, el dolor, la
pérdida o la impotencia, entre otros. Estos fuertes sentimientos pueden
ser el resultado de temores directos o de angustias indirectas, como las
consecuencias a corto o largo plazo.
En respuesta a esta problemática
los expertos han identificado una variedad de estrategias de afrontamiento,
algunas de ellas adaptativas (útiles), como la resolución de problemas y el
afrontamiento expresivo o búsqueda de apoyo y otras desadaptativas o (inútiles)
como la evitación, la negación, el optimismo irreal y las ilusiones.
Por tanto las estrategias de conducta que
podemos realizar para manejar estos sentimientos de angustia serían:
-Tomar medidas de protección, es
una estrategia de afrontamiento que nos ayuda a manejar la angustia y sentir
mayor control sobre la situación, esto debe hacerse sin dejar de realizar las
rutinas anteriores y que nos ayudaban seguir con nuestra vida. Por eso es importante
que por ejemplo los niños y niñas, sigan realizando sus actividades siempre
que puedan ser, con control y protección adecuada, de otra forma podemos estar
generando en ellos angustias y miedos innecesarios, esto es todavía más importante
en aquellos niños o niñas que estaban recibiendo anterior a la crisis, tratamiento
de intervención por alguna circunstancia, que en la situación actual puede
verse agravado, por eso es necesario que continúen recibiéndolo sin retraso.
-Descansar del tema: mantenerse
al día con un flujo constante de información, en realidad no resuelve el
problema y es una gran carga psicológica exponerse constantemente a este
estresante crónico, intangible y global.
-Realizar actividades divertidas
con seguridad, que cultiven emociones positivas, principalmente al aire libre.
-Seguir manteniendo proyectos, adaptándose
a las nuevas circunstancias nos ayudará a tener ilusión y continuar adelante.
-Mantener rutinas saludables:
desarrollar hábitos alimenticios saludables, realizar ejercicio físico, higiene
del sueño, salir y pasar tiempo en la naturaleza, ser espontáneos.
Estrategias relacionales:
Como seres sociales nuestras
relaciones tienen un efecto poderoso y positivo, al ayudarnos a enfrentar situaciones
en la vida. Hay evidencia de los beneficios del apoyo social para hacer frente
al estrés y la angustia, entre ellos, la mejora del bienestar psicológico y
reducción de la angustia psicológica, durante momentos estresantes. Por eso
algunas estrategias serian:
- Compartir inquietudes,
pensamientos y sentimientos con amigos y personas de confianza.
- Pasar tiempo con familia y
amigos más allegados de forma segura y en entornos seguros.
Cuando estamos estresados,
disminuye nuestra capacidad de pensar con flexibilidad. En estos momentos,
confiamos más de lo habitual en los “atajos mentales” (heurísticos) y podemos
caer en una serie de patrones de pensamientos inútiles. Un ejemplo común es
pensar en términos del todo o nada, sobre un problema. El objetivo de las estrategias
de afrontamiento cognitivo, es identificar y luego reemplazar patrones de
pensamientos inútiles. Si bien, algunos pensamientos sobre la situación actual
de la crisis sanitaria, puede ser racional y realista, es posible que no sean
particularmente útiles, si generan sentimientos abrumadores de desesperación o
enojo.
Con estas estrategias se pretende
reemplazar patrones de pensamiento catastróficos o de desesperación por otros
más realistas. Algunas estrategias cognitivas serían:
- Evitar juicios críticos y
suposiciones.
- Equilibrar la acción y la reflexión,
puede ayudarnos a seguir conectados con nuestros objetivos a corto y largo plazo,
pasando a una visión incrementada del cambio, para no dejar de realizar las
actividades que cada miembro de familia realizaba y pueda seguir desarrollando.
- Fomentar la esperanza: implica
pasar de las preocupaciones o el temor sobre el destino, a un enfoque más
positivo.
- Recuperarnos mentalmente: en
situaciones inusuales somos capaces de mantener una gran concentración y
esfuerzo. La capacidad de dirigir la atención, enfocar y bloquear las
distracciones, nos permite tener más fuerza de voluntad y mayor autocontrol,
pero para funcionar de manera eficaz necesitamos autorregularnos, por eso
necesitamos formas de restaurarnos psicológicamente, para recuperar esos
recursos cognitivos y la capacidad de respuesta, realizando actividades que
familiarmente nos resulten placenteras y sean seguras.
La situación actual de crisis puede
provocar muchas emociones dolorosas, tanto para nosotros mismos, como a la hora
de empatizar con los demás. Esta disposición a imaginar y sentir el dolor que
otros pueden estar experimentando, puede añadirse a nuestro propio sufrimiento.
Algunas estrategias orientadas a regular las emociones para manejar los
sentimientos son:
- Tomar conciencia de nuestro
cuerpo y nuestros sentimientos y los de nuestros hijos, nos ayudara a
reconocerlos y poderlos reenfocar.
- Reconocer los altibajos
cíclicos de nuestras emociones y aceptarlos, sabiendo que pasarán, si esto no
ocurriera es importante solicitar ayuda.
- Abordar las situaciones y las
emociones dolorosas con amabilidad y compasión. Permitirse sentir el sufrimiento
o el dolor que se experimenta. La compasión se caracteriza por la generación de
calidez, amabilidad y cuidado hacia nosotros mismos y los demás.
- Admitir como nos sentimos etiquetando
las emociones (siento vergüenza, culpa, ira, dolor, agobio, apatía…) Poner los
sentimientos en palabras activará la parte del cerebro que permite la
regulación.
- Validar los sentimientos.
Reconocer que tiene lógica sentir lo que estamos sintiendo.
- Reconocer que otras personas
pueden sentirse así. Esto se llama humanidad compartida y es una forma de
contrarrestar la sensación de aislamiento que puede venir con el sufrimiento.
- Reconocer en nuestros hijos las
emociones que pueden estar sintiendo y hablar lo con ellos, para poder reconducirlas
y buscar soluciones, en caso de que no se encuentre, se deberá consultar a un
especialista.
- En el caso que se tengan
antecedentes de trastorno emocional anterior, no se deberá dejar el tratamiento,
ya que la situación actual puede agravarse y en caso de que no existiera
tratamiento, con la situación actual puede ser necesario, por lo que es
recomendable buscar apoyo e intervención en esos casos.