Identificar la palabra que
aparece representada en una serie de grafías no es para algunos niños/as algo
sencillo, en el momento de la decodificación lectoescritora algo les impide diferenciar
determinados fonemas que dificultan el aprendizaje de la lectoescritura. La
conciencia de este problema ha dado lugar a la categoría y diagnóstico en
algunos casos de dislexia.
Pero ¿Qué es la dislexia? ¿Qué
tipos de dislexia hay? ¿Cómo de se debe tratar e intervenir esta dificultad con
la lectoescritura?
Siguiendo los nuevos modelos de
estudios de la lectura, se llama decodificación como sugirió en su momento
Goodman y aceptan hoy la mayoría de los autores, al conjunto de acciones y
procesos que permiten al lector reconocer, o aprender, una palabra cuando
aparece en su forma escrita. La evaluación e intervención de las dificultades
de aprendizaje de la lectura se ven favorecidas cuando, se puede estudiar cómo el
niño/a afectado/a desarrolla y controla cada una de las acciones y procesos
implicados.
La primera intuición razonable en
un problema de lectura, es suponer que algo impide al aprendiz, identificar los
rasgos diferenciales de cada una de las letras, conviene siempre analizar si el
aspirante a lector domina habilidades esenciales como:
-
Precisión en la percepción visual de las letras solas o
asociadas, discriminando con seguridad entre las que son semejantes. Es lo que
se ha llamado afectación de la ruta visual en la decodificación de fonemas, en
algunos niños/as categorizados como disléxicos.
En su
evaluación e intervención pueden aparecer distintos tipos de problemas:
-
Que no se aprecie como rasgo diferenciador la posición
en el espacio, algo muy relevante ante letras como: d, p, b, q
-
Confusión entre vocales al realizar el proceso lector.
-
Que no se conceda la importancia debida a diferencias
mínimas, como sucede por ejemplo entre los fonemas: m, n , ñ
-
Que se tenga dificultad en la capacidad de identificar
los rasgos gráficos estables de cada letra con independencia del tipo de
escritura.
-
Dificultad en la memoria visual de los patrones de
letras, tanto solas como asociadas, en diferentes seriaciones.
-
Dificultad o confusión entre número y letras por
ejemplo F, 7 o entre propios números 6/9.
Ante un problema de este tipo no
sólo hay que evaluar la lateralidad del niño/a sino también como se produce en
estos casos el aprendizaje de la propiedad de los cuerpos, que son estables en
general, con independencia de su posición en el espacio, teniendo en cuenta
también patrones en movimiento.
Aunque la mayoría de las
dificultades de lectoescritura no se deben única y exclusivamente a
deficiencias en la percepción visual, no excluye su importancia e influencia
sobre el tratamiento y la evaluación del proceso lectoescritor, aún así en las
valoraciones e intervenciones se debe tener también en cuenta la afectación de
la ruta indirecta o fonológica, por la que el niño/a debe recodificar los
símbolos gráficos a los sonidos correspondientes, hasta componer de forma oral
la palabra correcta.
Este tipo de dificultades sobre
los alumnos/as que se inician en el proceso lectoescritor, si no se trata inicialmente,
con una intervención psicopedagógica, conlleva que en diversos casos, no se
alcance un mínimo grado de efectividad en etapas posteriores, que requieren una rápida,
diestra y automática identificación de las letras y los grupos de letras, derivando
en dificultades con posteriores aprendizajes en diversas materias, no sólo
relacionadas con el área del lenguaje, sino también en matemáticas, en todo lo
relacionado con comprensión, análisis de textos o seriación, por lo que habrá
que valorar además, si la afectación de está dificultad está también en el área
matemática y en que grado. En cuyo caso la valoración e intervención deberá ser
generalizada, para que no influya en posteriores aprendizajes escolares.
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