Las dificultades con el lenguaje
de diversa índole en la infancia, generan carencias conceptuales, delimitando
sintáctica y semánticamente la estructura de su lenguaje, lo que impide y
lentifica su aprendizaje a la larga en cualquier área, pudiendo afectar en
mayor a menor grado a su estructuración cognitiva general.
En el proceso de rehabilitar
trastornos de aprendizaje observamos como numerosos niños/as con déficits
intelectuales (aunque con puntuaciones consideradas normales, en aquellas
pruebas que los psicólogos hemos dado en llamar de inteligencia) que no siguen
un aprendizaje normal, demuestran poseer un caudal lingüístico
significativamente inferior al del resto de sus compañeros.
En estos casos se debe
conseguir que estos niños/as alcancen un sistema progresivo y estructurado del
lenguaje, con el que sean capaces de pensar y comunicarse de forma correcta,
que introduzca progresivamente las palabras que han de formar su vocabulario,
además de las estructuras lingüísticas adecuadas acorde a su nivel de desarrollo
evolutivo.
Una de las áreas de mayor
dificultad en el aprendizaje escolar, debido a trastornos del lenguaje, es la
correcta asimilación de conceptos, que puede darse incluso en niños/as
considerados inteligentes en la valoración de dichas pruebas.
La formación de conceptos es un
proceso tan importante, que eslabona la percepción, el aprendizaje y el
pensamiento. Siendo la percepción, la que se ocupa de la recepción e
interpretación de la información y el pensamiento, quién manipula esa información
para conseguir la solución de problemas y el ajuste al mundo, mediante la base
de una correcta asimilación conceptual.
Es de suponer que el proceso de
conceptualización requiere, además del correcto funcionamiento del sistema
perceptivo, la actuación de otros procesos cognitivos como la atención, la
memoria, el razonamiento, el lenguaje e incluso la propia motivación.
La formación de conceptos en
los niños/as es fundamental para su aprendizaje y tiene gran importancia, la
información previa que posean para su nueva adquisición conceptual. Las últimas
investigaciones evolutivas han considerado que el sistema de procesamiento de
la información, está preparado desde las primeras semanas de vida del niño/a
para la formación conceptual y han probado experimentalmente, la capacidad de
los bebés a partir de los tres meses, para formarse prototipos y categorías
conceptuales. De ahí la importancia, del correcto desarrollo de cada uno de los
procesos cognitivos indicados anteriormente, implicados en el aprendizaje del
niño/a.
El grado de desarrollo
cognitivo del niño/a está mediatizado inequívocamente por el nivel de
desarrollo madurativo, por lo que debe tenerse en cuenta ante la necesidad de
un posible apoyo rehabilitador en cualquiera de las áreas.
Debe considerarse además que;
las estructuras cognitivas y conceptuales se adquieren durante todo el
desarrollo y hasta la edad adulta, por lo que hay que considerar los niveles y
valores adecuados que debe tener el niño/a en cada una de las edades y etapas
del desarrollo.
El funcionamiento correcto de
cada uno de los procesos cognitivos: atención, memoria, razonamiento, lenguaje
y motivación es fundamental para su correcto desarrollo y aprendizaje, por lo
que deberá tratarse cualquier déficit que se de en cualquiera de ellos a lo
largo de su desarrollo, para evitar que influya de forma negativa en su
aprendizaje.
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