La
disgrafia evolutiva que presentan algunos niños/as se manifiesta con
alteraciones en la escritura debido a errores fonológicos u ortograficos, sin
que exista una razón aparente, el diagnostico y tratamiento deberá ser lo más
precoz y completo posible para evitar futuros trastornos asociados.
Existen diversos
tipos de disgrafías según sus causas o síntomas, podemos distinguir una disgrafía primaria funcional o evolutiva,
cuyos síntomas en la escritura son producidos por defectos funcionales o
madurativos y la dísgrafia secundaria,
sintomática o de proyección disléxica, motriz o caligráfica, cuyos síntomas
pueden ser debidos a causas neurológicas, sensoriales, caracteriales o
psicopedagógicas, que conlleva un trastorno más grave donde uno de sus síntomas
es la disgrafía.
Las disgrafías evolutivas
sin embargo suelen manifestarse en las escritura de algunos niños/as que sin
que exista razón aparente, muestran dificultades al escribir en alguna etapa de
su infancia. Suele manifestarse en niños/as con una inteligencia normal o
superior, un desarrollo perceptivo y motor adecuado, un ambiente familiar y
socioeconómico bueno, una escolarización buena, incluso con rendimiento alto en
materias en las que no interviene el lenguaje.
En este tipo de
disgrafía podemos encontrarnos con niños/as con una disgrafía fonológica, a causa de no haber conseguido desarrollar
bien el aprendizaje en su vía fonológica
(unido en muchas ocasiones a problemas fonológicos y de logopedia) y que pueden
mostrar dificultades con la escritura en general y principalmente con la
escritura de pseudopalabras y palabras desconocidas.
Otros niños en
cambio presentan lo que se llama una disgrafía
ortográfica, presentando más dificultades en los trazos correctos de las
letras, pudiendo afectar a su contenido y calidad, presentando síntomas
similares al trastorno disléxico, además de disgrafía motriz, con síntomas
específicos en los movimientos gráficos disociados, tonacidad alterada, signos
incorrectos etc.
Es importante que
el diagnóstico de la disgrafia esté orientado hacia las causas que lo originan
y que sea lo más completo y precoz posible tanto en su diagnóstico como en su
tratamiento, con el fin de que el problema no derive en otros trastornos de
aprendizaje.
Para la realización
de dicho diagnóstico y tratamiento el especialista valorará el desarrollo
madurativo del niño/a (neuromotriz, del lenguaje, conducta etc..), sus
funciones neuropsicológicas (nivel cognitivo, dominancia, organización
perceptiva, perfil psicomotor, organización espacial, esquema corporal,
personalidad..), nivel pedagógico (madurarez para la lectoescritura, nivel
lector y de escritura), calidad de la escritura.
Sí las disgrafías
van asociadas a problemas perceptivos, neuromotrices o de hipercinesia, es
conveniente realizar una exploración complementaria por el especialista médico
según el campo, neurológico, auditivo u oftálmico.
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